Más allá del diálogo

Más allá del diálogo Todo empezó con un diálogo. Aunque no uno cualquiera. No se trataba de un diálogo de usar y tirar, de esos que tanto abundan en las redes sociales. Tampoco era un diálogo utilitarista, como el que tienes con un vendedor para intentar que te baje el precio de su producto. Ni siquiera era un diálogo entre dos personas que se conocen y disfrutan interaccionando y reforzando sus lazos. Un día, caminando por el sendero poco transitado de una arboleda cercana a su pueblo, Lys se encontró con un posit verde pegado con celofán en un árbol. En dicho posit alguien había escrito “Hola, ¿cómo va la vida?” en unas insinuantes mayúsculas. Quiso la casualidad que Lys llevase un bolígrafo en el bolso, con el que, rebañando el escaso espacio disponible, añadió: “No me quejo, ¿Y cómo te va a ti?”. Le pareció una broma divertida, y a la vez le intrigaba el hecho de que alguien que conocía aquella misma vereda se entretuviese pegando saludos en posits. Quizá fuese el vestigio d...