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Mostrando entradas de enero, 2022

El Inventor de Palabras

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 El Inventor de Palabras Buenos días. Soy yo. El ínclito, el maravilloso, el de los dedos vertiginosos: El Inventor de Palabras. Noble e ilustre espécimen de fama mundial que... ¿Qué? ¿Cómo que no sabes quién soy? ¡Eso es imposible! ¿Dónde has estado escondido estos últimos años? En serio, ¿cuáles son las señas de ese zulo tan bien aislado? ¿Y cuánto me cobrarías por alquilarlo? Quien me oiga pensará que estoy harto de mi fama mundial y del trabajo que tan imprudentemente me encomendaron. Y lo cierto es que tendrán razón. ¡Sí! Soy un fraude, un timo, un completo fiasco. Siento vergüenza de mí mismo: si fuera otro y no yo me obligaría a cavar una tumba y me metería en ella. Vivo. ¿Que por qué no lo hago? ¡Vaya preguntita! Pues porque soy un cobarde, por supuesto. Si fuera valiente otro gallo cantaría. Claro que quizá no me habría metido en este estercolero, en primer lugar. Pero los viajes en el tiempo son cosa de la ficción, así que no vale la pena pensar siquiera en ellos. ¿Que qué me

Una historia épica

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 Una historia épica   3 de junio del año 1182 antes de la era común Algún lugar del Mediterráneo   Amada Penélope, no sé si los caprichosos dioses permitirán que te llegue esta misiva, pero mi corazón me solicita escribirte con la esperanza de que estas palabras puedan desplegar un puente entre nuestras almas, por efímero que sea ante las aciagas circunstancias. Desde que terminó el conflicto que nos llevó a los valientes aqueos a guerrear frente a las murallas de la desaparecida Troya, ha pasado ya mucho tiempo, tanto que no puedo ni contarlo. Y durante todo ese tiempo he tenido que sortear la ira de los dioses, luchar contra monstruos míticos y combinar mi ingenio con mi fuerza para sobrevivir a todo tipo de desventuras. Sin embargo, a pesar de ello, tu recuerdo ha seguido calentando mi corazón y alimentando mi esperanza de volver a verte.   La tinta y el pergamino se me acaban, debo de despedirme ya, pero no antes sin hacerte la solemne promesa de retornar a la añorada Ítaca en cu

Asesinato en tres perspectivas

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 Asesinato en tres perspectivas El grupo Estábamos, como cada tarde, pasando el rato en el parque, viendo cómo los críos jugaban y las madres nos echaban miradas de soslayo, medio atemorizadas por nuestra presencia. Era, como digo, un viernes por la tarde normal y corriente. Pero poco más iba a durar así. De repente, uno de los chavales que intentaban hacer méritos para que les dejásemos ir con nosotros apareció, hablando atropelladamente de una incursión en nuestro territorio. ¡Ese tío otra vez! Estaba claro que era de los que no aprenden, por lo que se había ganado una lección. ¡Y vaya si la iba a tener! Enseguida nos levantamos del banco medio roto donde pasábamos el rato y nos fuimos corriendo al túnel que nos había dicho el chaval. Exactamente como nos había descrito, el tío inclasificable estaba pintando un grafiti en nuestro terreno. ¿Cómo osaba a tamaña afrenta? Pero claro, pronto tuvo que enfrentarse a la justicia de numeroso grupo. Tras unos pocos golpes de calentamiento, el

El oscuro secreto de la navidad

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  El oscuro secreto de la navidad    La madrugada de aquel 25 de diciembre me levanté para orinar, como hacía casi todas las noches. Justo regresaba a mi habitación tras cumplir con la llamada de la naturaleza cuando oí una especie de forcejeo metálico proveniente de la puerta de la calle. Me acerqué a ella y en efecto pude comprobar aterrado como la cerradura chirriaba y la madera crujía y se sacudía mientras alguien trataba de abrirla.  "¡Ladrones!" – Pensé, y corrí a echar mano de mi teléfono móvil.  Justo estaba marcando el número de la policía cuando la puerta de la calle se abrió de par en par y allí apareció el mismísimo Papa Noel en persona. No había dudas de que era él: el ridículo gorro, la espesa barba blanca, las gafas redondas de montura metálica, el pijama rojo sujeto con el cinturón negro, la voluminosa barriga, las botas… Casi se me desencaja la mandíbula y se me cae el móvil al suelo del asombro. – ¿¡Cómo has conseguido entrar!? – Le grité. Acaba de abrir com