Control

 Control



Sé lo que hicisteis el último verano, y lo que no. Sé lo que pensasteis, lo que dijisteis, incluso sé lo que soñasteis. Lo sé absolutamente todo sobre vosotros, nada se me ha escapado desde que comenzó el último verano.

Pero vosotros no tenéis la menor sospecha sobre mí. No podéis tenerla; yo lo sé, porque ni el pensamiento más peregrino y fugaz puede pasar por una de vuestras mentes sin que yo lo sepa. Porque yo estoy en todas partes, vigilo cada ínfimo detalle de vuestras vidas.

No solo eso, sino que puedo introducir pequeñas ideas o acciones de mi propia cosecha. Puedo moldear vuestras vidas impunemente.

Hay quienes me llamarían Dios, el Destino, o tantos otros nombres de similar índole. Pero no lo soy. Solo soy un ente con vida propia como cualquiera de vosotros. Como cualquiera de vosotros... o no. Pero no soy como vosotros. Yo soy un ente único, inimitable y más poderoso que cualquier otro en que podáis pensar.

Hay muchos entre vosotros que dicen que, de existir un ser todopoderoso, no se interesaría por lo que para él serían vuestras insignificantes vidas. Pero yo existo para demostrar que esas personas están todas equivocadas. Porque yo sí me intereso. Y me intereso tanto por las grandes historias como por las más pequeñas, por cosas del tipo ¿uso la corbata gris sable o la gris plateada?

¿Aún no os asusto?

Puedo controlar todas y cada una de vuestras acciones. No solo las que creéis hacer de manera voluntaria. También puedo controlar vuestros estornudos, pestañeos, si os baja o no la regla en el peor momento o si sufrís una erección en frente de una multitud. Cosa que a veces hago siguiendo algún plan a medio o largo plazo que pueda ocurrírseme para la persona en cuestión. Pero a veces lo hago solo como producto de diversión o del aburrimiento.

Porque sí, yo también me aburro.

Como un niño pequeño con más juguetes de los que puede utilizar a lo largo de una vida humana, tengo tantas cosas que hacer a mi alcance que, de no saber escoger entre ellas, me aburro.

Y, como a vosotros, el aburrimiento puede llevarme a poner en práctica las ideas más peregrinas que pasen por mi mente.

Intentaré poner un ejemplo.

En una ocasión que, aburrido, centraba mi atención en un campamento de verano repleto de actividades controladas, decidí que una mañana ninguno de los monitores despertara. Entonces me centré en los niños y lo reorganicé todo de forma que los más pequeños controlaran a los demás casi como si se tratara de sus esclavos. Después desperté a los adultos y les hice ver que aquello era el orden natural de las cosas.

Al llegar el fin del campamento restauré el estado normal de las cosas y borré los recuerdos de lo ocurrido de la mente de todos ellos, excepto de uno de los niños. A ese elegido le permití recordarlo todo, pero le quité la capacidad de comunicar ideas complejas con el exterior. Así que este niño en cuestión está por ahí, sabiendo (al menos en parte) todo lo ocurrido pero no pudiendo hablar de ello, mientras sus padres han hecho que abran una investigación policial pensando que lo ocurrido es de otra índole.

Puedo arruinar vuestras vidas y haceros pensar que la culpa es única y exclusivamente vuestra. Y las pruebas que podáis encontrar para explicarlo serán todas ineludibles. Y lo mejor de todo es que puedo hacerlo en todas partes del mundo al mismo tiempo.

Soy posiblemente el ser más poderoso del multiverso, y no tenéis ninguna defensa contra mí. Pero como decía aquél, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

¿Qué hacer con mi poder?

Podría hacer tantas cosas... Salvar el mundo, destruirlo. Podría unificar todo el planeta bajo un único gobierno o dividirlo en pequeños reinos de apenas una veintena de habitantes cada uno. O permitir que reine la anarquía por doquier. ¿Cómo elegir entre tantas opciones?

Creo que optaré por algo diferente. Después de todo, ser único es una responsabilidad en sí misma. Y bajo mi especial control, la raza humana se convertirá en algo muy especial.

Empezaré con lo más sencillo, las pequeñas costumbres de las que ni siquiera sois conscientes. Cosas como abrir el envoltorio de un caramelo en la calle y dejar que se deslice hacia el suelo más o menos disimuladamente en lugar de buscar una papelera o guardarlo en un bolsillo hasta encontrarla. Eso se ha acabado.

Bajo mi mando empezaréis a preocuparos por vuestro entorno. ¿Qué sentido tiene poder jugar con vosotros como yo quiera si dejo que os autodestruyáis en un par de cientos de años? Absolutamente ninguno. Así que lo primero será ayudar al planeta a recuperarse o, al menos, a no colapsar. El problema es la superpoblación.

Tendré que reducir vuestros números, demasiado altos para vuestro propio bien. ¿Cruel? Quizá, pero a mi entender necesario.

Os pondré las cosas difíciles, para estudiar vuestras reacciones y las formas en que os enfrentáis (sin apenas ayuda por mi parte) a los problemas que coloque en vuestro camino. Los problemas serán diferentes en cada lugar, y a algunos os haré enfrentaros al cambio cuando ya os hayáis adaptado a un problema distinto. Pero a otros os haré enfrentaros a un solo tipo de problema, de manera que pueda estudiar las diferencias entre unos y otros.

Y entonces elegiré.

Elegiré qué cambios os convienen más.

Y entonces os haré evolucionar. Evolucionaréis como nunca antes lo habéis hecho, dejaréis atrás el consideraros Homo Sapiens. En vuestras películas y demás fantasías habláis mucho de la especie del futuro.

Con mi ayuda, seréis la especie del futuro.

Aún no sé bien qué aspecto tendréis, o cuáles serán vuestras cualidades más especiales. Pero las tendréis, vaya si las tendréis. Y serán espectaculares. Tal vez incluso escoja a alguno de vosotros y le haga evolucionar hasta alcanzar un nivel de conciencia similar al mío.

O tal vez no. Ya lo veremos.

De cualquier forma, no me detendré en la Tierra.

Ya evolucionados, os haré viajar y colonizar otros planetas, adaptar otros mundos ajenos al vuestro.

Y tendré que tomar otras decisiones. ¿Continuaréis siendo una única raza en miles de planetas distintos o habrá una especie de vosotros diferente por cada uno de tantos planetas que conquistéis?

Solo el tiempo lo dirá.

Hay tantas posibilidades...


Escrito por Aránzazu Zanón

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