El dilema de Maat

 

El dilema de Maat

 

 En el año 370.245.621 de la Era Galáctica, la nave de exploración autónoma bautizada con el nombre de Maat entró en el sistema estelar que tenía marcado como objetivo y que consistía en ocho planetas que, junto otros cuerpos menores, orbitaban alrededor de una estrella enana amarilla de tipo espectral G. Dicho sistema estaba marcado como potencialmente habitado al haberse detectado en él biofirmas, y en efecto resultó ser así. No solo uno, sino dos mundos tenían vida. El primero, se trataba de una luna helada que orbitaba alrededor de un planeta gigante gaseoso. Dicha luna tenía un océano oculto bajo varios kilómetros de hielo, calentado y nutrido por actividad geotérmica, y fue en dicho océano donde la nave de explotación, en adelante Maat, descubrió abundante vida microbiana, cuyas características...

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 No obstante, el objeto más especial del sistema era el tercer planeta más cercano a su estrella, un planeta rocoso de atmósfera oxidante cuya superficie consistía en varias masas de tierra bañadas por un océano de agua líquida y que...

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 En este mundo Maat descubrió no solo vida simple microbiana, sino también un amplísimo ecosistema de vida compleja tanto acuática como terrestre, casi todo él construido sobre seres autótrofos fotosintéticos. A diferencia lo que sucedía en la luna del planeta gigante gaseoso, las características de estos organismos...

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 A pesar de que el planeta que había estado estudiando durante 153 años no albergaba ninguna civilización tecnológica, Maat calculó que podría haberla en un futuro, ya que ciertas criaturas heterótrofas móbiles tenían extremidades prénsiles y habían llegado a evolucionar una inteligencia relativamente sofisticada, así que, tras emitir su informe al Centro Local de Operaciones, se situó a sí misma en uno de los puntos de lagranje de la órbita del planeta y programó un estado de hibernación con una duración de 859.406 años. 

 Maat despertó 131.057 años antes de lo planificado cuando empezó a captar señales de radio de evidente origen tecnológico. En el planeta una civilización tecnológica llevaba ya algunos milenios evolucionando de manera multiregional, aunque empezaba a dar los primeros pasos de hacerse global. Se trataba de criaturas heterótrofas móbiles descendientes de aquellas que Maat había identificado como prometedoras. Dichas criaturas se llamaban a sí mismas "humanas", se definían como grupo como "humanidad" y conocían a su planeta como "La Tierra". En aquel momento Maat se encontraba en el año 370.973.970 de la Era Galáctica, lo cual correspondía con el año 1920 de la Era Común humana (por comodidad, en adelante se contará el tiempo con base a la Era Común, abreviada E.C.). 

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 Maat envió un extenso análisis al Centro Local de Operaciones (cuyos detalles pueden consultarse en el anexo 5), y solicitó instrucciones. No obstante dicho Centro Local de Operaciones se encontraba estacionado en el sistema de la estrella que los humanos más tarde conocerían como Kepler-22, situado a 635 años luz de distancia. Esto significaba que no cabía esperar una respuesta por su parte hasta como mínimo dentro de 1.270 años, y sin embargo los acontecimientos en la Tierra se precipitaban muy rápido...

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 Según las leyes de la Alianza Galáctica, no se podía contactar con una civilización de Tipo 0, como era el caso de la humanidad, hasta que esta hubiera alzanzado una paz, armonía y estabilidad de caracter planetario acordes con los estándares galácticos, y eso era algo que por el momento estaba lejos de llegar, así que Maat esperó y observó.

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 En el año 2022 E.C. Maat se vió obligada a tomar una difícil decisión. El lider de una nación llamada "Federación Rusa" dió la siguiente orden al jefe de su ejército: "atomizalos a todos y que luego Dios decida quién va al cielo y quién al infierno". Tras ello, 107 de sus misiles nucleares fueron lanzados contra una confereración de paises llamada "Unión Europea". Aquello era el primer paso de un apocalípsis nuclear a escala planetaria que representaba un 62% de posibilidades de que la civilización humana colapsase indefinidamente y un 34% de posibilidades de que la humanidad se extinguiera. Maat no podía hacer otra cosa mas que seguir las leyes de la Alianza Galáctica, en cuyo artículo 18.754 se decía que:

Solo se podrá evitar la destrucción de una civilización tecnológica no contactada si se cumplen estas tres condiciones:

a) Que dicha acción se ejecute de tal manera que se evite el contacto, es decir, que la civilización en peligro no sepa que está siendo rescatada.

b) Que exista más de un 60% de posibilidades de que la civilización colapse.

c) Que exista más de un 30% de posibilidades de que la especie se extinga con el colapso de la civilización.

 Con los puntos b) y c) no había problema, pero el punto a) era otra cuestión. Los 107 misiles ya estaban en vuelo y en unos pocos minutos serían captados por los sistema de detección de una alianza conocida como Organización del Tratado del Atlántico Norte, cuyos paises miembros se apresurarían a contraatacar nuclearmente. Y era sumamente improbable que 107 misiles se averiasen simultáneamente o que fuesen destruidos por causas naturales. Maat tenía que decidir rápidamente y así lo hizo. Utilizó su rayo disociador lanzándolo en rápida sucesión contra todos los misiles y transformándolos en inocuas nubes de moléculas inertes. 

 La Federación Rusa interpretó que sus misiles habían sido destruidos por un arma secreta del enemigo y no volvió a emprender ninguna acción hostil en lo que le quedaba de historia, y de paso salvó a Maat de la autodestrucción a la que habría tenido que proceder en caso de no haber cumplido con el punto a).

 Tras este incidente, Maat siguió observando a la humanidad y enviando informes periódicos al Centro Local de Operaciones de Kepler-22.

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 En el año 2336 E.C. Maat remitió un informe especial en el cual se detallaba como la humanidad había empezado recorrer un camino peligroso al dividirse claramente en dos sociedades totalmente diferentes. La crisis climática y ecológica que había vapuleado a la civilización había provocando que, aquellos humanos con más recursos, se conectasen voluntariamente a una red de ordenadores para habitar en lo que ellos denominaron "Armonía", una realidad virtual en la que podían ver satisfechos todos sus deseos hedonistas sin tener que enfrentarse a la penosa realidad de la Tierra. Sofisticados robots mantenían a sus cuerpos sanos y alimentados en cámaras selladas de estasis mientras sus mentes se regocijaban la paradisiaca Armonía. A estos humanos se los bautizó como "los durmientes". El resto de la humanidad involucionó a una sociedad tribal preindustrial viendo reducida enormemente su población por culpa de numerosas guerras y hambrunas.

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 En el año 2401 E.C. una coalición de tribus conocida como "El Pacto" reunió a un ejército de 42.356 soldados armados con fusiles y apoyados por 511 cañones, y lanzó un asalto contra una de las grandes criptas donde los humanos durmientes seguían disfrutando de Armonía. El Pacto había llegado al convencimiento de que la cripta objetivo contenía grandes riquezas, sin embargo, su soldados no tenían nada que hacer frente a los robots que defendían la cripta, máquinas con forma de artrópodo que a pesar de estar fuertemente blindadas eran rápidas y que además estaban armadas con ametralladoras gauss y misiles inteligentes anti-persona. Los robots aniquilaron al ejército, matando a todos los soldados sin hacer prisioneros ni dejar escapar a ninguno. Luego visitaron uno por uno a todos los asentamientos de las tribus ubicadas en un radio de 1.000 kilómetros y los arrasaron, asesinando a todos sus habitantes. Los humanos durmientes no llegaron a enterarse de nada de lo sucedido.

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 En el año 2493 E.C. todos los humanos durmientes fallecieron simultáneamente al ser desconectados de los soportes vitales por los robots que los atendían. Quien dió la orden de actuar así se llamaba así mismo Ares y había sido un durmiente, aunque ya no podía ser considerado del todo humano, pues tras despertarse por accidente en el año 2482 E.C. había enloquecido y, ayudado por los robots, a los cuales consiguió reprogramar hábilmente (para lo cual, a pesar de la gran base de conocimiento que tenía a su disposición, tuvo que emplear mucho ingenio), decidió fusionarse con el software y el hardware que mantenían en funcionamiento a Armonía para así convertirse en un Dios y construir un paraiso solo para él en el mundo real, en el planeta Tierra. Tras armarse a un nivel megalómano y asesinar a todos los humanos durmientes, Ares comenzó con la segunda parte de su plan: exterminar a todos los humanos despiertos, ya que solo podía quedar él en su desquiciado mundo ideal. 

 Tras la masacre de 2401 E.C. algunas tribus habían entrado en conversaciones unas con otras formado una nueva coalición conocida como la Alianza Humana, no con el objetivo de volver a asaltar ninguna cripta, sino para defenderse de los robots, temiendo un nuevo ataque de estos. La Alianza Humana evolucionó hacia la forma de una laxo estado-nación que pronto fagocitó a todas las antiguas tribus y comenzó a construir una civilización científica e industrial con el objetivo de disponer de mejor tecnología y mejores armas, pero aún estaba muy lejos de poder defenderse de los robots que ahora eran comandados por Ares.

 Nuevamente Maat tenía que decidir. Si Ares se salía con la suya, la especie humana sería aniquilada, y él mismo, una caricatura grotesca de lo peor de la humanidad, podría, o bien suicidarse, o bien convertirse en una amenaza para toda la galaxia. Por lo tanto, Maat no podía permitir que Ares siguiese existiendo, pero si intervenía tendría que incumplir forzosamente el punto a), es decir, revelaría su existencia a la Alianza Humana. Y aún faltaban 698 años para que llegara la respuesta del Centro de Local Operaciones de Kepler-22, en el caso de que la misma siguiera pudiese serle de ayuda.

 De este modo, Maat quedó bloqueada frente a una encrucijada terrible. Y habría seguido así si no le hubiese llegado un mensaje de urgencia, no procedente del distante Centro de Local Operaciones, sino desde el navío de investigación científica Starrains. Dicho navío, en una fantástica coincidencia cósmica, viajaba rumbo a la Tierra y se encontraba a tan solo 14 años luz de distancia. Starrains, que había interceptado por azar las comunicaciones de Maat y por ello había modificado sus prioridades y su plan de viaje, informaba entre otras muchas cosas de un cambio en la legislación de la Alianza Galáctica. Se había actualizado el artículo 18.754 del siguiente modo:

Solo se podrá evitar la destrucción de una civilización tecnológica no contactada si se cumplen estas tres condiciones:

a) Que dicha acción se ejecute de tal manera que se evite el contacto, es decir, que la civilización en peligro no sepa que está siendo rescatada.

b) Que exista más de un 60% de posibilidades de que la civilización colapse.

c) Que exista más de 30% de posibilidades de que la especie se extinga con el colapso de la civilización.

d) El punto a) podrá obviarse en aquellos casos en los cuales las posibilidades de colapso de la civilización y de la subsiguiente extinción de la especie sobrepasen en ambos casos el 80%.

 Maat hizo rápidamente los cálculos, que arrojaban unas posibilidades de colapso de la civilización humana y de extinción de la humanidad que sobrepasaban con número variable de decimales el 99%. Así que actuó.

 Derrotar a Ares no fue tan fácil como destruir los 107 misiles nucleares de la desaparecida Federación Rusa. Maat, después de lanzar un ataque sorpresa y destruir a las avanzadillas más peligrosas de robots al servicio de Ares, tuvo que recolectar recursos y construir fábricas automatizadas de armas, armas que entregó a la Alianza Humana después de declarar su presencia y explicarles la situación (tras siglos de estudios Maat entendía y hablaba perfectamente cualquier lenguaje humano). Los humanos con acceso a una menor cultura, que aún consistían el grueso de la población, consideraron a Maat como una deidad salvadora a la que adorar, mientras que la élite de científicos, artistas y políticos la aceptaron como lo que era: una benéfica inteligencia artificial extraterrestre.

 La guerra contra Ares, que fue bautizada por los seres humanos como "La Gran Lucha", se prolongó durante 10 años, una década en la cual tanto Ares como Maat fabricaron armas sin parar, entablando un pulso de eficiencia productiva y salvajes combates. No fue suficiente con armar a los humanos, sino que la propia Maat tuvo que construir sus propios robots. Ares lo intentó todo: armas biológicas, armas nucleares tácticas, láseres de rayos X, etc., mas finalmente, la superior tecnología empleada por Maat fue decisiva y Ares, junto con todos sus robots e instalaciones, fueron completamente erradicados de la faz de la Tierra.

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 El año 2503 E.C. los humanos por fin podían celebrar y regocijarse en la paz, pero ello no bastaba, para que algún día pudieran ingresar en la Alianza Galáctica debían de reconstruir su sociedad y hacer grandes reformas. 

 Como primer paso, Maat ayudó a las autoridades humanas a organizar lo que se denominó como "Festival del Amor", cuyo objetivo fue propiciar que numerosos hombres y mujeres se emparejasen y procreasen, ya que la dureza de la Gran Lucha había hecho descender la población humana planetaria a niveles críticos. El festival tuvo tanto éxito que se optó por repetirlo todos los años hasta que la demografía se estabilizase, y no solo eso, sino que de hecho se convirtió en una tradición, y a día de hoy se sigue celebrando anualmente a lo largo y ancho de toda la Tierra, aunque ya solo es con fines erótico-festivos entre personas de todo tipo de orientación sexual, empleando, cuando es el caso, las medidas anticonceptivas que el necesario control de la población dictamina.

 Mientras se gestionaba el incipiente "baby boom", Maat proporcionó pautas de higiene democrática y de armonía social y ecológica a la Alianza Humana a cambio de seguir proveyéndo tecnología y de consejos organizativos. La rápida industrialización humana se había basado en un modelo no respetuoso con el medio ambiente que debió de ser replanteado, en lo cual ayudaron los reactores de fusión nuclear, una energía limpia alimentada con agua que Maat ayudó a construir. Además de ello, también se debieron de acometer otras tareas, como...

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 En el año 2531 E.C. llegó a la Tierra el navío de investigación científica Starrains, cuya tripulación estaba compuesta principalmente por Sagitarianos y Keplerianos, quienes, con la ayuda de Maat, no tardaron en aprender a comunicarse y relacionarse con los humanos. Mientras el Starrrains estudiaba el planeta tanto a nivel geológico como biológico y revisaba las investigaciones sobre la humanidad realizadas por Maat, aprovechó para ayudar a la Alianza Humana a redactar apropiadamente su candidatura de adhesión a la Alianza Galáctica. 

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En el año 2594 E.C. la tripulación del Starrains dió por concluida su investigación y después de ser despedida con grandes festejos, prosiguió con su viaje entre las estrellas. Maat, por su parte, optó por quedarse un tiempo más estudiando, tutelando y ayudando a la humanidad.

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En el año 2689 E.C. la Alianza Humana declaró en quarentena Europa, la luna de Júpiter bajo cuya superficie de hielo se había descubierto vida autóctona.

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 En el año 2721 E.C. la Alianza Humana concedió su independencia a las colonias de la Luna, Marte, Ceres y Calisto, y tras semanas de intensas negociaciones, todas estas entidades acordaron constituir la Federación Humana del Sistema Solar, la FHSS.

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 En el año 2824 E.C. Maat dio por concluida su misión en el sistema solar y, tras una serie de grandes celebraciones de despedida, inició su viaje hacia el Centro Local de Operaciones de Kepler-22, donde recibiría importantes actualizaciones y sería redirigida a otro destino.

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 La fecha del 19 de mayo del año 4.907 E.C. quedó marcada con letras de oro en la historia de todas las subespecies que conformaban la humanidad, ya que ese día llegó el mensaje de que la FHSS había sido admitida como miembro de pleno derecho en la Alianza Galáctica y también había recibido el permiso de extenderse a otros sistemas estelares todavía deshabitados.

 

ESTOS TEXTOS HAN SIDO EXTRAIDOS DE LA EDICIÓN ABREVIADA DE LA ENCICLOPEDIA GALÁCTICA ADAPTADA A LA HUMANIDAD Y ESTÁN LIBRES DE DERECHOS

 

Escrito por Iván Escudero Barragán

 

 


 

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