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El ciclo vital

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 El ciclo vital No sé cómo pasó, pero lo cierto es que siendo sinceros se veía venir. Contrariamente a mi intención de actuar responsablemente, acabé comiendo un kilo de dulces navideños. Pero es que ¿cómo resistirse? Generalmente no soy muy de dulces. Una pastita un día, un bombón un par de semanas después... Pero en esta época me posee el demonio del azúcar y a todas horas quiero comer dulces. Tengo que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para reducir su consumo al momento de postres y meriendas, para evitar tomarlos de manera continua o exclusiva. Las reuniones familiares y de amigos son lo peor. En estas ocasiones, que se extienden durante largas horas, el alcohol y los dulces corren por doquier. Y yo nunca bebo alcohol, así que solo me quedan los dulces. ¿Tienes hambre? Toma un dulce. ¿No sabes qué decir? Haz tiempo tomando un dulce. ¿Te aburres soberanamente? Disimula tomando dulces. Y así hasta llegar al kilo de dulces consumido en una misma noche, casi compulsiva e inin...

El último Llopis

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    El último Llopis    Como todas las grandes historias, esta empezó del modo más absolutamente idiota, en este caso en particular con la invención de la palabra "llopis", o para ser más exactos con la corrupción de la palabra "loppis".     "Loppis" es un vocablo sueco que en castellano traduciríamos como mercadillo. Durante un viaje en coche a través de Suecia que realicé con unos amigos en otra época, hace ya más de quince años, nos encontramos muchos carteles avisando de la presencia de "loppis", sobre todo al cruzar pequeños y encantadores pueblecillos en mitad de los densos bosques que tapizan el norte de esta nación. Tras una descuidada búsqueda en el diccionario, entendimos aproximadamente su significado y no solo la corrompimos a "llopis", sino que también alteramos su significado, que para nosotros pasó a definir algo así como "batiburrillo, acumulación anárquica de objetos, montonera caótica de trastos". Dada la na...

Terror mortal

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 TERROR MORTAL No tenía miedo a las arañas, sino que sentía verdadero terror a las arañas. Y ahora se encontraba completamente rodeado por ellas. Había algunas grandes y otras pequeñas; eran tanto negras como de otros colores. No había dos iguales, pero todas eran algún tipo de araña o tarántula. Y se acercaban inexorablemente hacia él. Su miedo hacia ellas se remontaba a un suceso traumático en su más tierna infancia, momento a partir del cual siempre sentía parálisis en sus extremidades ante la visión de una única y simple araña. Y ahora estaba rodeado de montones de ellas. Cuando tenía cinco años una araña mordió a su hermana mayor, provocándole la muerte por lo que más tarde se determinó como una reacción alérgica aguda al veneno de esa araña en particular, que en general se consideraba inocuo para los seres humanos. Él estuvo presente cuando ocurrió, por lo que a partir de ese momento le empezaron a aterrorizar las arañas aunque hasta entonces le habían parecido uno bichitos i...

El Mundo fuera del Mundo

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  El Mundo Fuera del Mundo    Nota previa: las horas, distancias, expresiones y conceptos asimilables han sido trasladados a nuestro sistema de lenguaje humano para poder ser comprendidos por el lector.     ⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋⇋    “Había una vez una sociedad que volvió a descubrir el exterior”.  Así es, queridas larvas – arrancó su clase el maestro – ese es el comienzo de “La epopeya de Kleoss y los exonautas”, que deberíais de haberos leído durante las vacaciones. Observando vuestros patrones de luminiscencia veo que algunos habéis preferido pasaros estos últimos ciclos jugando y no habéis hecho la tarea. A ver, que levanten las antenas los que se lo hayan leído.  Solo unas pocas antenas se alzaron, la mayoría de las larvas que llenaban el aula se encogieron avergonzadas, amortiguando aún más su luminiscencia.  Ya, ya veo, lo suponía… – suspiró el maestro – Bueno, sin perjuicio del   apercibimiento que algunos tendréis que devolverme...